COLEGIO “Santa Cruz”

de las HERMANAS VICENTINAS

La iniciativa del entonces obispo de Río Gallegos, Monseñor Mauricio Magnano, apoyado por el Administrador General de la Empresa Estatal Yacimientos Carboníferos Fiscales,

se contacta con la Superiora Provincial de la Provincia Cristo Rey,por entonces la Hna. María Aurelia Mikulcic, para solicitarle algunas Hermanas que extendieran el Reino de Cristo en la otrora Villa Minera de Río Turbio, Provincia de Santa Cruz.

El primer paso había sido dado y se realizó una entrevista personal en la Casa Provincial, el día 24 de noviembre de 1.966;seguida de una visita a la Villa Minera, de la Superiora Provincial y de la Ecónoma Provincial Hna. Isabel Osterman, entre el 15 y el 10 de diciembre de ese año.

Las hermanas Aventina Podereski, María Agustina Sief, María Rosa Molleker y María Esperanza Martins, se ofrecieron para plantar raíces.

El 5 de febrero de 1.967, partieron desde el Puerto de Dock Sud, en el barco carbonero “Teniente de Navío Del Castillo”, arribando al Puerto de Río Gallegos, el 13 del mismo mes; y a las 15 Hs. tomaron rumbo hacia su destino, al que llegaron, alrededor de las 20:45 Hs. Un grupo de uniformados mineros, se ocupó del equipaje, mientras las Hermanas fueron trasladadas a unos kilómetros más allá, hasta su nueva casa, por el Jefe de Relaciones Públicas, señor Botta. Allì, las saludó el Gerente ,Ing. Unger, acompañado de su esposa; el Sr.Obispo y el Ing.Sanguineti y su familia.

Con las autoridades de la Empresa, se concretó el servicio que las Hermanas prestarían a la comunidad:

· Inicio de la escuela con el funcionamiento de 1º y 2º grado.

· Actividades post-escolares por la tarde.

· Atención de medio pupilas a las alumnas que lo pidieran.

· Clases de Economía Doméstica ; Corte y Confección y Labores, para las personas adultas.

· Visitas domiciliarias.

· Asistencia espiritual a los enfermos en sus casas y en el Hospital.

La presentación oficial de la Comunidad Religiosa a la población de Río T urbio, tuvo lugar el domingo 19 de febrero durante la misa que el obispo celebró en la Parroquia “Santa Bárbara”,a cargo del sacerdote salesiano, Mateo Norberto Reyna.

El 26 de febrero se proclamó oficialmente a la Hna. María Agustina Sieff, como Superiora de la Comunidad.

La construcción del colegio y la capilla, comenzó el 6 de marzo. Finalmente, el 13 del mismo mes, en la pequeña casita, comenzaron las clases, con 22 niñas en primer grado, atendidas por la Hna. Ma. Rosa y en segundo grado, atendidas por la Hna. Ma. Agustina; sumándose a los pocos días, 6 alumnas más en cada grado.

Veinticuatro niñas concurrieron como “medio pupilas”.Se ocupó de la preparación de la cocina, la Hna. Aventina; de las tareas escolares a la tarde, la Hna. Ma. Rosa; la Hna, Ma. Esperanza se dedicaba a las tan necesarias tareas de la casa y ayudaba en el comedor escolar.

Muchas donaciones oficiales y particulares enriquecieron los bienes de la casa y así aliviaron la escasez y las privaciones de todo inicio.

El nombre contribuye a la identidad. Hubo que buscar uno para el Colegio y se optó por el de “Santa Cruz”.Los motivos fueron fundamentados:

· Porque el Señor puso su semilla en la Provincia de Santa Cruz.

· El primer regalo al partir de la Casa Provincial fue un crucifijo.

· Cristo sufrió en la Cruz y las Hnas. sufrían gustosamente por su amor.

Elevada la propuesta a la Superiora Provincial, al poco tiempo llegó el sobre dirigido al “Colegio Santa Cruz”,remitido desde la Casa Provincial. En la persona de la autoridad de Dios, la aceptó. Al día siguiente de recibido, un cartel proclamaba ese nombre a la entrada del establecimiento escolar.

Comenzaron las clases de Economía Doméstica y Labores; las primeras dictadas por la Hna. Aventina; las otras por la Hna. Agustina. Un total de 15 personas mayores compusieron esos grupos.

En la Repùblica Argentina, mucho cuentan las distancias; en la Patagonia se acentúa esa característica. Debe apreciarse que muchas alumnas tanto adultas como infantiles, se acercaron al colegio desde 3,4,6 y hasta 17 kilòmetros. Eso llevó que a tres pequeñas, se les brindara hospedaje en el mismo colegio.

Si mucho fue lo que se recibió, grandes fueron los sacrificios de las hermanas para equipar y embellecer la Casa, hasta que el 3 de diciembre de 1.967,se bendijo la Capilla y las nuevas aulas.

La Hna. Provincial y la Hna. Ljubomira Svglj, una de las cinco primeras Vicentinas de Zagreb que llegaron a América, procedentes de la Casa Madre, participaron de la ceremonia presidida por Monseñor Magliano. Durante la misma, un numeroso grupo de alumnos, recibió su Primera Comunión y la Confirmación.

Muchas visitas de religiosas de la congregación; de otras familias religiosas; parientes; funcionarios e interesados, se acercaron en diferentes oportunidades para comprobar el crecimiento de la obra. Por entonces, en el año 1.968,se inició en un terreno posterior del Colegio, árido y descubierto, la preparación de una quinta que con el tiempo dio ricos y abundantes frutos. Es interesante saber que muchas familias imitaron la tarea de las Hnas.y se procuraron las quintitas propias.

El nuevo curso escolar aumentó. Contó con 94 alumnas en cinco grados y dos maestras laicas: las Stas. Lidia Unger y Marina Belforte,”jóvenes emprendedoras, activas y con muchas iniciativas”.

Se multiplicaron las actividades específicas del Colegio, pues una preocupación permanente fue la educación integral.

En noviembre de 1.968,durante su visita anual, la Superiora Provincial presentó el nuevo y práctico hábito religioso de la Provincia Cristo Rey. De inmediato se dispuso su adopción, pues esta zona ventosa, exigía una adaptación que facilitara el apostolado.

En el año 1.967,comenzó con la recepción de un “jeep” L.R.16,que la Empresa Y.C.F. ofreció a las Hermanas para proyectar su misión a lugares mucho más alejados.

El Colegio continuó ampliándose. Comenzó el nuevo curso escolar con mucho más alumnas y cuatro docentes laicas, pero la visita complacida de la Inspectora de Enseñanza Primaria, determinó que la Hna. Directora Ma. Agustina, dejara los grados a su cargo y se tomara otra maestra, ya que el Colegio se elevó a la 2da. Categoría, tal fue el reconocimiento oficial.

Escuela Santa Cruz

Las Hnas .vivieron cada uno de los acontecimientos fuertes que la providencia permitió en el devenir del tiempo, con confianza, esperanza y entrega. Entre ellos cabe citar la muerte repentina,el 29 de marzo de 1.973,de Monseñor Mauricio Magliano, quién en forma paternal y solícita se acercó siempre a la Congregación; la situación bélica en 1.978 con Chile; dificultades económicas de la Empresa Y.C.F. con consecuencias para las familias, muchas de las cuales debieron emigrar, produciendo una disminución considerable del alumnado de los colegios, incluido el “Santa Cruz”; inviernos muy crudos que entorpecieron las comunicaciones y acentuaron el aislamiento nacido de la distancia, como el temporal de nieve de 1.995,no sobrepasado hasta el día de hoy, el que sólo dejó descubierto, el techo y la parte superior de la Casa, quedando las Hnas .sin teléfono ,sin calefacción y con el agua que filtraba por muchos rincones; huelgas de los mineros con graves perturbaciones familiares, pues los niños no concurrían a la escuela, las hermanas los apoyaron con su oración, su aliento y les enviaron rosarios para que se confiaran a la Madre Celestial.

La sucesión de los años se mostró también en el camino de las Hnas., que en el transcurso de aquellos, integraron la Comunidad, a veces con tres Hermanas, otras con cuatro, o bien elevándose a cinco.

En carácter de superioras, se sucedieron las Hnas. Ma .Agustina Sieff; H.Valeria Buja, cuyo período fue completado por la Hna. Aventina Podoresky y la Hna. Ma. Victoria Casazza, la Hna.Ma.Rosa Molleker, algunas por varios períodos.

Asimismo contribuyeron a esta comunidad, las Hnas.Miriana Algañaràz; Elena Aquino; Graciela Franco; Luciana Reim; Ma. Aurelia Mikulcic; Stjepanka Pavic; Ljerka Turujljia.

Hoy, traspasadas las puertas del nuevo milenio, el Colegio cuenta con más de 600 alumnos que gozan de las comodidades educativas que les brindan a través de un gimnasio propio, el “Sagrada Familia”,comunicado directamente con el edificio del Colegio; sala especial para la enseñanza y aprendizaje de computación-cada aula con televisor y video-casetera-; y es uno de los primeros colegios en la Provincia de Santa Cruz, en haber completado el Tercer Ciclo de la E.G.B.